Priorizan el agua como un derecho humano y la protección de las fuentes naturales

En el archipiélago de Chiloé, una zona que se presume abundante en agua con una precipitación promedio de 1.800 milímetros al año, paradójicamente en los últimos años el mundo científico viene advirtiendo sobre las amenazas que enfrenta el territorio debido al conflicto por el agua y las crisis hídricas estivales, que junto a los vacíos institucionales y legales favorecen el uso irracional del agua, con efectos negativos para las comunidades y la biodiversidad.

Los investigadores de la Estación Biológica Senda Darwin y del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB),quienes han desarrollado por más 16años la línea de investigación en Hidrología y Gestión de Cuencas, han fundamentado condatos empíricos a los servicios públicos y la comunidad,que para enfrentar esta crisis hídrica resulta fundamental la conservación de las fuentes naturales de agua y la necesidad de mejorar las leyes que regulan su uso.

Esta problemática que afecta a los ciudadanos y que ha motivado las investigaciones de este sitio de estudios socioecológico de largo plazo fundado en 1996, se vio reflejada en los resultados de la consulta ciudadana realizada en el marco de la Mesa Nacional del Agua del Ministerio de Obras Públicas, donde la ciudadanía priorizó la “conservación de las fuentes naturales” como el principal desafío relacionado con el agua (75,4% de las preferencias), seguido de la “modificación de aspectos normativos como las leyes” (58,3%) y la “propiedad del agua” (46%).

Otra convergencia entre científicos y ciudadanos es en la priorización del “desafío para el Estado  de asegurar el acceso para el consumo humano de agua” con un 75,2%, seguido de la “protección del medio ambiente” con un 54,5% y “preservar la sustentabilidad de las aguas subterráneas “ con un 34,9%.

Respecto a los usos prioritarios del agua la opinión es irrefutable y se refleja en el 98,9% que obtiene como prioridad el “consumo humano”, seguido por el “uso agropecuario”con un 82,1% y notablemente se instala en  tercer lugar el “uso medio ambiental” con un 76,4%, lo que da cuenta de una mirada integradora de quienes participaron en la consulta entre la “disponibilidad de agua y la conservación de la naturaleza”, como ya lo habían advertido los científicos pertenecientes a la Estación Biológica Senda Darwin y al IEB.

El resultado de este proceso participativo, si bien no es vinculante, da una señal clara de la conciencia respecto a las prioridades que la sociedad chilena tiene para enfrentar la crisis hídrica, dejando este desafío para el Estado de la necesidad de implementar de políticas públicas coherentes al diagnóstico basado en  evidencia científica, la opinión democrática y la percepción ciudadana.

El Dr. Cristián Frêne, investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad, explica que “para proteger las fuentes naturales de agua es preciso conservar la vegetación nativa, como bosques nativos y humedales en las partes altas de las cuencas y en las zonas ribereñas, cuestión que hoy día no es posible garantizar por la débil legislación ambiental existente”.

Asimismo,el científico advierte que para una protección efectiva se requiere “ordenar los usos del suelo de acuerdo a su potenciales, aplicar figuras de conservación en sectores clave para la protección de fuentes de agua para uso humano, promover prácticas de conservación de suelos, fortalecer la participación de los habitantes en la gestión de la cuencas

En cuanto a los principios básicos que debe contener la ley de agua la respuesta de la ciudadanía también es clara, con el 77,6% que priorizan asegurar el acceso al agua como derecho humano y el 70% expresando que se debe establecer el equilibrio entre usos productivos, consumo humano y ambiental (70,4%) y seguido por un37,7%que ve la necesidad de potenciar el rol regulador y fiscalizador del Estado en materia de aguas.

La directora de la Estación Biológica Senda Darwin e investigadora del Instituto de Ecología y Biodiversidad, Dra. Mariela Núñez, expresa que es posible realizar una conservación y manejo sustentable de los ecosistemas para asegurar la disponibilidad de agua, integrando los resultados de las investigaciones científicas, el conocimiento y la motivación de los habitantes locales, junto con la voluntad política para trabajar de manera coordinada por el bien común. “Hemos sido testigos de los elevados costos de los errores tanto en la legislación como en la implementación de políticas públicas sin fundamentos científico-técnicos y una adecuada participación ciudadana, pero dada la crisis socioambiental y la pandemia que actualmente nos afecta, como sociedad necesitamos urgentemente repensar soluciones basadas en la conservación de la naturaleza y desarrollar un trabajo colaborativo”.

Fuente: El Insular
https://elinsular.cl/web/?p=10674