Las turberas como compromiso de Chile frente al cambio climático

Coyhaique-. Como parte del esfuerzo mundial por mitigar los efectos del cambio climático, muchos gobiernos están buscando soluciones basadas en la naturaleza para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y cumplir los compromisos contraídos en el acuerdo de parís sobre el cambio climático. 

El abogado Francisco Solís Germani, que dirige el trabajo en nuestro país de la organización no gubernamental estadounidense The Pew Charitable Trusts, recordó que el pasado 9 de abril, Chile presentó la actualización de sus contribuciones nacionales determinadas (NDC, por su sigla en inglés), en la que se integró a las turberas como uno de los objetos de conservación. 

Precisó que las NDC son compromisos que toma cada país, para evitar que la temperatura del planeta aumente y para fortalecer la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático. Específicamente, indicó que los compromisos asumidos en relación con estos ecosistemas fueron tres; la realización de un inventario nacional de humedales y turberas para 2025; el desarrollo de indicadores para la evaluación de su capacidad de adaptación o mitigación al cambio climático al 2030; y la implementación de acciones para potenciar sus beneficios en cinco áreas protegidas del país. Estos compromisos significan un gran paso para Chile en la protección de estos importantes y amenazados hábitats. 

Solís Germani recalcó que según la Convención sobre Humedales Ramsar, las turberas son un tipo de humedal de zonas de clima frío a frío-templado, que cubren aproximadamente el 3% de la superficie del planeta, y que, al mantenerse húmedos, almacenan más carbono que todos los bosques de la Tierra. De ser intervenidas (secadas por escasez de lluvias, por el aumento de temperatura o por su extracción deliberada), las turberas se degradan liberando el carbono secuestrado a la atmósfera. “Así, asegurando su salud, pueden mantener la capacidad para absorber carbono y prevenir el aumento de las emisiones de gases con efecto invernadero”, aseveró.

Añadió que en Chile, según un reciente estudio del programa Austral Patagonia de la Universidad Austral, las turberas se concentran principalmente en la Patagonia, cubriendo aproximadamente 3,2 millones de hectáreas. El 63% de ellas está dentro de áreas protegidas del Estado, quedando 1,18 millones de hectáreas sin resguardo. 

“Fuera de parques y reservas, las turberas quedan expuestas y amenazadas por la extracción minera, ya que en nuestro país son consideradas “sustancia fósil”, regidas por el código minero, y por lo tanto, susceptibles de ser concesionadas y explotadas”, señaló. 

Bajo esta lógica, el representante de The Pew Charitable Trusts, detalló que en 2017 se extrajeron 4.383 toneladas de turbas solo en la región de Magallanes, según el informe de la “Mesa de Cambio de Uso de Suelo de la COP25”. Luego de ser extraída, la turba seca se usa como combustible, sustrato para cultivos, filtro de aguas, aislante térmico y como absorbente, entre otros. 

Para Solís Germani, la inclusión de las turberas en las NDC de Chile refleja su importancia ecológica y puede ser el primer paso para un reconocimiento mucho mayor por parte del Estado. 

“Las acciones venideras debieran incluir el retiro de su regulación desde código minero y la integración a áreas públicas o privadas de conservación de aquellas que se encuentren fuera de parques y reservas. Así se las podrá proteger como lo que realmente son: una solución que nos entrega la propia naturaleza para mitigar los efectos del calentamiento global”, concluyó.

Fuente: El Divisadero
http://www.eldivisadero.cl/noticia-57267

Diego Luna, especialista en conservación: “El humedal del Río Maipo es un sitio irremplazable para las aves playeras migratorias”

Este humedal fue declarado Santuario de la Naturaleza por el Consejo de Ministros hace unos meses y próximamente debería ser publicado el decreto. El sitio cumple un rol clave para que las aves playeras migratorias puedan cumplir sus ciclos de vida. Hoy, dice Diego Luna Quevedo, está amenazado por el proyecto de ampliación del puerto de San Antonio.

El sitio alberga más del 1% de la población biogeográfica de la especie Haematopus palliatus pitanay, conocida en Chile como Pilpilén. Foto: Diego Luna Quevedo.

“Los humedales son un ecosistema natural, pero también social, ya que no sólo acogen biodiversidad, sino que son fuente de agua para las comunidades, además de ser espacios de recreación”. Con esas palabras, la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, celebraba la decisión del Consejo de Ministros para la Sustentabilidad de aprobar la creación del Santuario de la Naturaleza del río Maipo en noviembre pasado. Prontamente debería ser publicado el decreto en el Diario Oficial.

El humedal costero, ubicado en el límite de las comunas de San Antonio y Santo Domingo, acoge una gran diversidad de ecosistemas y genera las condiciones necesarias para convertirse en hábitat para una gran variedad de aves. “Visité por primera vez el humedal en el año 2000. Recuerdo de esa mañana de diciembre la presencia de grandes bandadas de gaviotas de Franklin y playeros blancos. Eran verdaderas nubes de miles de aves”, recuerda Diego Luna Quevedo, especialista en conservación de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP), una estrategia internacional que tiene como misión conservar las aves playeras y sus hábitats a través de una red de sitios en todo el continente americano. “Tengo una conexión muy cercana con este lugar, ya que con mi familia somos asiduos visitantes de Santo Domingo y del humedal. Me he pasado en algunas ocasiones hasta cinco horas enteras sin darme cuenta detrás de un binocular en el humedal. Mi hijo Félix, de seis años, es un amante de las aves y aprendió a observarlas y amarlas en este sitio”, agrega Luna.

En julio de 2005, el lugar fue declarado como un “sitio de importancia regional” de la RHRAP por albergar más del 1% de la población biogeográfica de zarapito trinador (Numenius phaeopus) y pilpilén común (Haematopus palliatus pitanay). En ese momento, cuenta Luna Quevedo, se comenzó un trabajo institucional colaborativo entre el Museo de San Antonio, la Fundación Cosmos, la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile (ROC) y la Facultad de Ciencias de la UST. Una vez publicado el decreto, este humedal será administrado por Fundación Cosmos, organización que junto a la Municipalidad de Santo Domingo solicitó la creación de este santuario.

-¿Cuál es la importancia de este humedal?

-El humedal del Río Maipo configura un sitio crítico e irremplazable para que las aves playeras migratorias puedan cumplir sus ciclos de vida en la Ruta del Pacífico de las Américas. Además de ser un sitio RHRAP, es una IBA (Important Bird and Biodiversity Area) declarada por BirdLife International. Por su valor en términos de diversidad biológica y por los servicios ecosistémicos que presta para la comunidad local, el humedal ha sido declarado como Santuario de la Naturaleza. Fue el propio Estado el que ha determinado la importancia ecológica y para la ciencia que reviste este sitio.

-¿Qué características tienen las aves presentes en este humedal?

-La avifauna del humedal río Maipo presenta un carácter altamente dinámico y estacional, ya que no sólo alberga a decenas de especies de forma permanente, sino que también es parte de la ruta migratoria del Pacífico, por lo cual recibe anualmente a miles de individuos que provienen desde el hemisferio norte.

Bandada de playeros blancos en el estuario del río Maipo. Foto: Diego Luna Quevedo.

-¿Qué rol cumple este lugar para las aves?

-El sitio brinda hábitats críticos para el descanso, alimentación y reproducción de diversas especies de aves residentes y migratorias. Las aves playeras migratorias en particular son altamente vulnerables y sensibles a la perturbación de sus hábitats y su supervivencia depende de la calidad ambiental de un limitado número de sitios críticos que utilizan durante sus migraciones entre las áreas reproductivas y las de invernada. Uno de esos sitios en Chile es el humedal del Río Maipo. Tanto a escala global como en nuestro hemisferio occidental, varias poblaciones de aves playeras están declinando significativamente debido a múltiples impactos antrópicos que interfieren negativamente en sus ciclos de vida. Sitios como el humedal del Río Maipo funcionan como verdaderas “estaciones de recarga” donde las aves logran el combustible necesario para cumplir con sus ciclos de vida y migración. Si se impactan de manera negativa las condiciones ecológicas del área y los hábitats críticos para las aves, podrían ocurrir varios efectos a la vez; algunas aves se moverían a otros sitios, otras sobrevivirían pero con notorios impactos en su condición y su éxito reproductivo y otras simplemente no podrían completar sus ciclos de vida.

José Miguel Jaque, Periodista de Tendencias de La Tercera

Fuente: Revista Qué Pasa – La Tercer
https://www.latercera.com/que-pasa/noticia/diego-luna-especialista-en-conservacion-el-humedal-del-rio-maipo-es-un-sitio-irremplazable-para-las-aves-playeras-migratorias/4XUI4WW7RFBL7P67FXQSMHVWPI/

El 62% de los humedales costeros perdidos y 20 mil ha menos de bosque al año: lapidario informe ambiental de U. de Chile

Documento elaborado en colaboración con la Cepal establece una síntesis de los progresos y retrocesos medioambientales en el país.

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La crisis medioambiental afecta seriamente a Chile y al mundo. Cambio climático, sequía y escasez hídrica son algunas señales del difícil momento que vive la Tierra. Bajo este escenario, hoy se presentó el Informe País «Estado del Medio Ambiente en Chile»,  elaborado por el Centro de Análisis en Políticas Públicas del Instituto de Asuntos Públicos de la U. de Chile, con la colaboración de la Cepal, la Utem e investigadores de distintas universidades.

El documento dio a conocer la evolución y el actual estado del medioambiente en epaís durante 2018, en todo el territorio nacional, con base en la biodiversidad, bosques nativos, bordes costeros, recursos marítimos, aire y suelos, entre otros.

Nicolo Gligo, académico del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile y director del estudio, es tajante. «La situación ambiental del país es muy negativa. Nuestro informe lo ratifica. El problema fundamental está en la conservación de nuestros bienes de la naturaleza, y específicamente en nuestros recursos naturales, en especial, los renovables. Cada día tenemos más suelo erosionado. El informe dice que solo el 9% de los suelos del país no posee algún grado de erosión, y la erosión severa y muy severa alcanza al 24%».

Raúl Cordero, doctor de la Universidad Católica y académico de la Universidad de Santiago, señala que no solamente el país se ha visto afectado por algunos problemas medioambientales, sino que prácticamente todos los países del mundo. «En Chile, en la zona central, le ha pegado muy fuerte la escasez hídrica, es una zona que tiene tendencia a tener estrés hídrico y ahora la combinación de la baja de precipitaciones, con el cambio climático, además de la sequía, han hecho que crezca este fenómeno y haga que la situación en la zona central sea grave».

«Las principales ciudades del país tienen altos indicadores contaminación. Se maneja mal el agua que poseemos, en especial en esta época de megasequía y contaminamos lagos y ríos. Perdemos al año 20.000 ha de bosque nativo y degradamos otras 40.000. Además, 65% de las especies clasificadas se encuentran en peligro crítico, en peligro y vulnerables, y hemos perdido el 62% de los humedales costeros.  Los pasivos ambientales en minería son altos. Muchos asentamientos humanos, o parte de ellos, tienen serios problemas de calidad de vida muy ligada a la situación ambiental», añade Gligo.

El informe detalla los efectos que ha tenido la falta de una estrategia integral, a través de la exportación de recursos naturales renovables y no renovables. Además, los efectos de la minería, el sector silvoagropecuario, la explotación de los recursos del mar y la industria, entre otros.

Sara Larraín, directora ejecutiva de Chile Sustentable, señala que la actual situación ambiental de Chile «es lamentable y preocupante por la grave degradacion  y destrucción ambiental, con las cuencas  y acuíferos más importantes del país sobrexplotados, además de degradación del borde costero y alta contaminación atmosférica que afecta al 80% de la población, donde destacan las ciudades afectadas por deficiente combustión de la leña y  las llamadas zonas de sacrificio afectadas por concentración industrial y termoeléctricas a carbón».

«Hay una combinación de cosas, se ha avanzado muchísimo en la información y toma de conciencia de la gravedad de la situación, por otro lado, se ha avanzado mucho en términos de compromisos no formales, respecto a la mitigación del cambio climático. Se deben tomar medidas de mitigación y atacar las causas del cambio climático. Además, como van a haber efectos del cambio climático que no podremos evitar, hay que tomar medidas de adaptación. Queda mucho por mejorar», señala Cordero.

El documento establece los efectos del cambio climático, definiéndolo como la principal macropresión física a la que se enfrenta el país, debido a altas temperaturas, precipitaciones, alteración de frecuencias de las marejadas, angostamiento de playas y disminución acelerada de los glaciares.